Viajar, crecer....

Viajar no es sólo viajar... no por lo menos en el sentido de trasladarse, de ir de un lugar a otro, físicamente hablando. Es más.
Es conocer gente, conocer lugares, crecer, saber más, enterarse, ver realidades y no quedarse sólo con los reflejos que nos muestran los espejos interesados del sistema. Cuando uno conoce, cuando uno sabe, cuando uno está al tanto de que hay más opciones de las que uno pensaba, se puede elegir mejor, se puede decidir mejor... es la experiencia.
Caminar en la montaña por primera vez lleva aparejados un montón de misterios. Caminar en la montaña por enésima vez es como conocer los secretos... para poder descubrir otros; es poder elegir más caminos, para conocer más cosas; es poder frenar para fundirse a uno con el lugar en una mezcla indescriptible.
Este es el círculo virtuoso del crecimiento personal. Viajar es uno de los caminos que nos llevan a alimentarlo.
Los viajes que hice, la gente que me acompañó, la que me acompaña, la que me quiere acompañar... también la gente que no pudo venir... son parte de mi crecimiento. Todo eso está guardado con cariño, con amor, en mi persona.
Es muy bueno crecer, expandirse, llegar más allá, y los viajes son un bello camino para ello. Por eso les propongo a quienes lean esto: viajen, conozcan lugares, gente, historias; vivan la emoción de quedarse sin palabras frente a una montaña, una luna que alumbra en plena noche, una brisa que acerca un aroma inexplicable; vivan la emoción de vivir eso al lado de un amigo.
Gracias Chino, compañero de viaje desde hace ya tiempo, por haber creado este blog para que nos podamos seguir encontrando con todos los que estamos viajando.